Esta no es una simple fotografía, es una historia. Y como todas las buenas historias merecía ser contadas a lo grande, en una película maravillosa:
Estamos en plena resaca de los Goya y Miguel Ángel Tobías ha querido regalanos esta joya y compartir “Me llamo Gennet” (nominada a 16 premios Goya en la última edición) con vosotros. Se trata de un largometraje protagonizado por la propia Gennet, Miriam Díaz-Aroca, Ángela Molina, Miki Molina…dirigido y producido por Miguel Ángel Tobías. Toda una lección de vida para que reaccionemos y dejemos de autolimitarnos. Aquí os dejamos el enlace para que la disfrutéis íntegramente.
https://www.rtve.es/alacarta/videos/somos-cine/llamo-gennet/5808091/
En realidad, no es una película, ¡es un puñetazo! Imagina por un momento estar inmerso en la nada absoluta, sin poder escuchar ni ver, vacío a tu alrededor, aislado…Inquietante, ¿verdad? Añádele estar rodeado de miseria -de esa que se te meta bajo la piel y duele- en el rincón más triste y abandonado de Etiopía (un orfanato de las Hermanas de la Madre Teresa en Sedest Kilo) durante la terrible hambruna de 1984.
Ese es el panorama que encontró Carmen Corcuera. Y ese era el mundo de Gennet. Allí, una niña de tres años, asustada y completamente vulnerable -que padecía sordoceguera- captó la atención y los cuidados de Carmen, suegra del embajador de España en Addis Abeba. Se había ofrecido voluntaria a ayudar en el orfanato para sentirse útil. Hasta tal punto se involucró que, para conseguir su adopción, pasó dos años trabajando en el centro de acogida donde Gennet había sido abandonada.
Gennet Corcuera es un referente para todos, conocer su historia es una experiencia impactante y conmovedora. La película de Miguel Ángel Tobías es brutalmente hermosa, mezcla de dolor y esperanza. Aquella niña desvalida como un animalito asustado (que no permitía que nadie la tocase) llegó a convertirse en la primera persona europea sordociega que ha logrado un título universitario, concretamente se licenció en Educación Especial.
Gennet ha logrado superar innumerables obstáculos y actualmente, es una mujer independiente que trabaja en el único centro residencial de España especializado en sordoceguera. Bravo por Gennet, una cosa es ser discapacitado y otra, muy diferente, ser incapacitado.
Si hay alguien que lucha por la visibilidad y la inclusión de los más desfavorecidos, sin duda, es Miguel Ángel Tobías, un trotamundos que ha recorrido cada rincón del planeta en busca de historias con alma parapetado tras el objetivo de su cámara y con un mensaje claro: tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo.
“Gennet es un ejemplo del valor de la educación” (Miguel Ángel Tobías)
Lamentablemente los recuerdos iban desvaneciéndose en la memoria de Carmen debido a un alzheimer agresivo. Ella se iba apagando mientras Gennet brillaba cada vez más y luchaba por ser independiente. No fue fácil, pero nunca sabemos de qué somos capaces hasta que nos ponemos a prueba.
“No he considerado nunca a la sordoceguera como una discapacidad, porque nunca me he fijado en lo que no puedo hacer. Solo me centro en lo que sí puedo hacer. Y lo puedo hacer todo” (Gennet Corcuera)
En palabras del propio director, “Gennet es un espejo impresionante en el que mirarnos, para perder todos los miedos, relativizar las cosas que nos pasan, y darnos cuenta de que si tenemos el amor y la voluntad suficientes somos capaces de casi todo” (Miguel Ángel Tobías).
No es de extrañar que durante el rodaje se vivieran momentos muy emotivos. Jamás pensé que un director pudiera llorar tras las cámaras pero Miguel Ángel, lo hizo. Inmensamente generoso y con unos valores dignos de admirar, Tobías nuevamente se pone detrás de las cámaras para intentar, a través de su trabajo, hacer de éste un mundo más justo, igualitario y dar voz a las personas más vulnerables y silenciadas. Tenemos el derecho y el deber de hacer que todas las personas con discapacidad, sean cuales sean sus necesidades, tengan una vida en sociedad lo más inclusiva posible.
Muchas gracias, Miguel Ángel, no te acabes nunca.
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