¿Quién es Luís Pasamontes?

No, a Luis Pasamontes no le conoces de la televisión ni ha acaparado grandes titulares.

Fue ciclista profesional durante casi doce años (entre 2001 y 2012) y participó en las pruebas del World Tour (Tour, Giro, Vuelta a España) pero no tiene muchos trofeos que enseñar, ni ganó ninguna carrera importante. Tampoco es el que sale en las fotos o recibe los aplausos. Su carrera se ha mantenido alejada del foco mediático, es el antihéroe. Eso sí, Luis Pasamontes no es ningún perdedor ni un figurante sin frase.

Hay que vender esfuerzo y mérito más que fama y éxito

Personifica ese ciclismo de sudor, esfuerzo y sacrificio casi siempre sin más recompensa que una palmadita en la espalda, y un sueldo a final de mes.  Pero pedaleando cada día desde la pasión y la satisfacción de estar cumpliendo con su deber.

Esta es su historia.

Filosofía del gregario

Debutó como profesional en las filas del ‘Relax Fuenlabrada’, de allí al ‘Unibet’ y, finalmente, en el ‘Movistar Team Continental’ Luis tiene una biografía bien lograda y un discurso propio, supo encontrar su lugar y trabajar desde allí a nivel profesional y personal.  Está en contra de la ultraexigencia de “ganar” y el concepto de éxito tan despiadado que esta sociedad impone. Estamos creando un mundo de superhéroes donde nos olvidamos que no todos se levantan con hambre para comerse el mundo, a mucha gente le queda grande el traje de director o de lider.

En la vida como en el deporte ganas o trabajas para que otros lo hagan

El reivindica el poder del gregario, (del italiano gregge, rebaño), ese hombre a la sombra del lider sin el que nada sucede. Su humildad despierta admiración y respeto.

Pasión por las dos ruedas…

El pequeño Luisito era un enamorado de las motos. Disfrutaba viendo sus chasis, comprobaba extasiado las velociadades que alcanzaban y soñaba con sentir algún día el viento y la libertad en su cara.

 Lo importante no es ir muy rápido sino en la dirección adecuada

Cuando se disputaba alguna etapa ciclista en Cangas era una fiesta. Allí iba él, a ver las imponentes motos de los equipos, de los periodistas y de los policías que cubrían el evento. Poco o nada le interesaban los maillots amarillos.

El mentor anónimo

Aquel no iba a ser un día más en Cangas. Había carrera y aunque el día amaneció muy asturiano, la intensa lluvia no frenó al pequeño Luis. Parapetado bajo un enorme paraguas rojo que le dió su madre, escuchaba cómo el comentarista relataba la hazaña del escapado de la etapa. Había sufrido una caida y, aun así, continuó la marcha lleno de barro y sangre.

A Luis se le olvidaron las motos, sólo quería ver a ese héroe anónimo. Cuando apareció, aplaudió con ganas, incluso se quitó los guantes de lana porque se escuchaban más los latidos de su corazón. Le siguió hasta la ambulancia y luego al podio. Aquel fue el momento, ese que no olvidas en toda tu vida y que hizo clic. La decisión estaba tomada: iba a ser como él. 

“Con ese paraguas no te mojas, eh chaval” dijo tocándole la cabeza. Aquel hombre le cambió la vida. Y no sabe quién es.

Todos podemos ser referente en la vida de alguien, tener a un niño con un paraguas gigante mirándonos con admiración…

Triunfo sin celebración

Nunca había tenido que tomar una decisión adulta, pero entonces lo hizo: cambió la revista de motos, su tesoro de cada mes, por una de bicis.

La primera carrera que ganó la hizo de infiltrado. Fue en Madrid, con sus primos, donde pasaba unos días de vacaciones. Ni siquiera levantó los brazos al cruzar la meta, se sentía inseguro y cupable. Era “para mayores”

Fue la primera vez que le dijeron que era bueno. Y entonces él también empezó a creerlo.

Las primeras pedaladas

Fueron unos inicios duros, de demostrar a los demás -y a sí mismo- que no se iba a bajar de la bicicleta.

Nada en la cerrera de Luis fue fruto de la casualidad o de la suerte, sino del esfuerzo y la constancia. Su primera bici, de segunda mano, era como la de Mary Poppins, solo le faltaba la cesta…Pero él seguía inasequible al desaliento. Tampoco la equipación era profesional, pero él no se iba a rendir.

Llegó el primer equipo de cadetes, los interminables kilómetros con la bici a cuestas en el autocar para llegar a  un pueblo a kilómetros de Cangas de Narcea donde entrenar…Y llegaron los campeonatos nacionales donde representó a Asturias…y seguía esforzándose, casi más fuera de carrera que dentro.

Por encima de su rendimiento, su ecuación de vida tenía tres constantes: estudios, trabajo y entrenamiento. Si quería lograr el profesionalismo tenía que poner foco y hacer una apuesta mayor. Era un ahora o nunca.

¿Alguna vez te han pagado por hacer lo que más te gusta?

Luis estaba lleno de esperanzas y sueños. Una vez liberado de tener que trabajar, consiguió dar el estirón profesional en su Asturias natal.

La señora Luisa (esa que siempre le recordaba las tres máximas de una madre: come bien, abrígate y “no corras”) era viuda y con cuatro hijos a su cargo, pero no lo dudó. Harían el esfuerzo de prescindir del sueldo de Luis para que se centrara en el ciclismo. El sacrificio de los demás hizo que su implicación fuera del 200% 

Lo difícil no es llegar sino mantenerse

Fue sumando kilómetros y experiencia. Aquella época fue un verdadero maratón emocional.

El descenso más complicado

Un comentario inocente, una pregunta casual, lo cambió todo. “Hijo, ¿qué era lo que estabas corriendo?” “la vuelta a España, mamá” Luisa, madre orgullosa, había citado a sus amigas para tomar el café frente a tele. ¡Su hijo iba a salir! No se permitió ni parpadear casi, pero Luis no salía en pantalla. Aquellos hombres, enfundados en sus mallas, eran todos iguales, clones a los que era inposible diferenciar.

La sensación de vacío le golpeó de lleno. Luis sabía que su madre tenía razón: no salía ni saldría nunca en pantalla. Él no era el protagonista. Recibió el impacto en el centro del corazón y empezó a cuestionarse muchas cosas: si sirves para eso, si te compensa.

Deseo no concedido

En la vida hay que asumir que siempre habrá alguien más rápido, más fuerte, más resistente que tú. Y eso duele. El comentario de su madre fue un cubo de agua fría en la cara. Luis sabía que por mucho que se esforzara, nunca iba a ser el mejor de la carrera. Pero sí era bueno en algo: ayudar a otros a alcanzar el triunfo.

Tuvo la valentía moral de dar un paso al lado y encontrar así su lugar. Es muy consciente de que incluso los buenos jugadores no encajan en todos los equipos, pero lo importante es reconocer tus fortalezas y debilidades y ser consecuente con ello.

Es importante saber encontrar tu lugar, que entiendas y potencies tu valor

Asegura que lo que más recuerda de aquella época son momentos de convivencia, de ayuda, de sacrificio grupal y empatía.

Éxitos grupales, podio para el líder

En el firmamento deportivo hay estrellas y estrellados. Pero también puntales indispensables del equipo, sin ellos no hay victoria. Si hay un deporte de equipo, ese, sin duda, es el ciclismo. La jerarquía está clara: hay un líder y el resto son gregarios.

Luis personifica la figura del gregario y ese orgullo profesional basado en el equipo.

Siéntete orgulloso de lo que eres y de lo que aportas al grupo

Fuera egos

Sin duda, hay que estar hecho de una pasta muy especial para sacrificar tus éxitos personales frente al equipo. La figura del gregario es ingrata y poco agradecida. Pero, como hemos visto, sin gregarios no hay triunfo.

Y esto es extrapolable al mundo de la empresa e, incluso, al personal. Cada uno de nosotros tiene responsabilidad en el éxito grupal, independientemente del lugar que pocupes en el organigrama. Luis siempre ha reconocido y valorado la labor de todos aquellos que no llevan el maillot. Managers, masajistas, mecánicos…Todos suman. Lamentáblemente, no todos los líderes saben valorar ese trabajo.

Muchas veces nos olvidamos de girar la cabeza y mirar al grupo

Luis hoy

Sigue siendo ciclista aunque haya dejado el profesionalismo, de ciclista no se trabaja, es es o no se es. Actualmente, Luis tira de veteranía para participar en pruebas de ultra fondo con BTT como la Titan Desert, el Mongolia-Bike Challenge o la Non Stop Madrid-Lisboa (donde logró el triunfo en la categoría ‘Solo’, después de recorrer más de 700 km en 42 exigentes horas)

También ejerce como comentarista deportivo en radio y televisión, y colabora como articulista en revistas especializadas.

Además, acompaña a deportistas profesionales y amateurs. Ha fundado el club ‘The League of Gregarious’ en el que fusiona el ciclismo con las relaciones profesionales entre deportistas y empresarios.

Conferencias de Luis Pasamontes sobre trabajo en equipo

Forma parte del elenco de selectos conferenciantes de Helpers Speakers, impartiendo charlas, seminarios, talleres y actividades de teambuilding.  En ellas vuelca todo su bagaje profesional, los valores del deporte, éxitos y fracasos y, sobre todo, traslada la importancia de ser gregario como una pieza clave para alcanzar el éxito.. 

Si quieres saber más, contacta con Helpers Speakers en info@helpersconsulting.com o en su página web: www.helpersspeakers.com

Un abrazo,

Raquel S. Armán
Socia cofundadora

HELPERS SPEAKERS
sanchez.arman@helperspeakers.com
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